lunes, 30 de julio de 2007

Reflexiones de Bambi distraído I

Me costó, pero llego el momento de darme cuenta que no lo puedo manejar.

Nuestra formación tiende a organizar las cosas utilizando la lógica y el análisis deductivo para inferir todo lo que pasa a nuestro alrededor. Tendemos a resolver los problemas utilizando siempre la misma heurística y en la mayoría de los casos funciona; sobre todo en el trabajo, limpiar tu cuarto, tagear los mp3 y determinar el camino más corto (y que demore menos) en ir de tu casa a cualquier lado.

Cada día que pasa se siente con más fuerza el impacto que tiene estar frente a una computadora más de doce horas por día. La radiación del monitor no solo hace cambiar el color de la piel, sino que también toda la persona responde diferente al exterior. Después de estar horas tratando de hacer que la cosa “doble” en la computadora he comprobado que no se puede decir dos palabras coherentes.

Siempre trate de aislarme de esta situación pero cada vez te metes más por el simple hecho que la vida pasa frente a la computadora y por más que haces el esfuerzo ya estas metido “hasta el eje“ en esto y lo único que te queda es… bueno, escribir.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando nos enfrentamos a problemas que no estamos preparados a menejar? ¿Qué pasa cuando la lógica y el análisis deductivo no aplican para resolver el problema?

Y… caemos en un pozo eterno que se convierte en dolor en minutos al saber que no lo podes resolver y no te lo podes quitar. Estoy evaluando si el tiempo que pasa es inversamente proporcional al dolor, por ahora no es cierto, ¿por que? Por que la lógica no aplica. Ahora estas bien, pero cuando te vas a acostar capaz que terminas llorando abrazado a la almohada y preguntándote por qué vos, acompañado de una sinfonía de preguntas masoquistas.

Entonces, es cuando te das cuenta que otra ves te pasa, y te acordas que no lo supiste manejar en aquella época y te frustra saber que no lo sabes resolver ahora. El único consuelo que te queda es saber que en esa época pasaste muy bien, pero no te acordas como hiciste para llegar a eso. En conclusión todo diferente, doloroso pero bueno, muy difícil. La morelaja:

“No pienses que sabes manejar todo, pedí ayuda.”